como se descubrieron las pinturas de altamira

La historia detrás del descubrimiento de las pinturas de Altamira

La gruta de Altamira es una cavidad natural de roca en la que se guarda uno de los ciclos pictóricos y artísticos más significativos de la época prehistórica.[1] Esta forma parte del conjunto de la cueva de Altamira y del arte rupestre del paleolítico en la cornisa cantábrica, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.[2] Se encuentra ubicada en el municipio de Santillana del Mar, en Cantabria, a aproximadamente dos kilómetros del centro urbano, en un prado al que da nombre.[3]

Explorando el pasado El hallazgo y reconocimientoeditar

La cueva de Altamira, ubicada en Cantabria, fue descubierta en 1868 por un tejero asturiano conocido como Modesto Cubillas, quien estaba de caza por la zona y encontró la entrada accidentalmente mientras intentaba liberar a su perro de unas rocas.[1][2]

En un primer momento, este hallazgo no generó mucho interés entre la población local debido a que la zona es conocida por poseer numerosas cuevas. Sin embargo, Cubillas se lo comunicó a Marcelino Sanz de Sautuola, propietario de la finca donde se encontraba la cueva y aficionado a la paleontología.[3]

Sautuola, quien había visitado la cueva por primera vez en 1876,[4] se sorprendió al encontrar en ella unas pinturas rupestres en el techo que no parecían de origen natural. No obstante, no les dio mayor importancia en un principio por considerarlas una casualidad.[5]

Fue en el verano de 1879 cuando Sautuola volvió a la cueva en compañía de su hija María, de tan solo cinco años de edad,[6] y juntos descubrieron el asombroso conjunto de pinturas de animales que adornaban la bóveda de la cueva.[7]

Notas al pie:

[1] Altamira: historia y descubrimiento de la cueva de Altamira, por Francisco J. de Cos Díaz (Universidad de Cantabria), Archivado el 25 de febrero de 2014 en la Wayback Machine

[2] Ciudadela de Santander, por Ernest Cabruno Presencia (pp. 242-244, título María después a las mismas, ed. Imp. Aragón, 2010

[3] Descubrimiento de la Cueva de Altamira, artículo en es:Euskomedia, por M. de W. (añade fechaS), paso 1, act. 13 de abril de 2005 y ap. archivado, eximio jarrón Montes de la Ribera de Fernando Ocho

[4] La Cueva de Altamira cronología, por Pablo-Edouard Reygeoy (datos, Altamira puesta desde la cueva de Altamira 2015

[5] Altamira, el paleolítico para niños, páginas del Instituto de Estudios Públicos de Tamaul, México/corea y otros pag. libro electrónico Solarte-Gomati

[6] Qué fue de María Sautuola, la niña que descubrió las pinturas de Altamira, artículo en es:Cantabria Hoy, por Pedro G. Martín, actualizada, consulta 2015-07-15. 19S60N.

Obras artísticas de Altamira pinturas y grabados

La cueva de Altamira, famosa por sus pinturas y grabados de distintas escuelas, estilos y épocas, es un claro ejemplo de la conexión entre ambos tipos de arte. Aunque en ocasiones se encuentran juntos en una misma obra, en otras comparten el mismo espacio. Es importante tener en cuenta que su producción se extendió durante miles de años, en diferentes períodos discontinuos, lo que explica la acumulación de estilos y las divergencias entre ellos.

La calidad técnica de las obras de Altamira y otras cuevas similares es testimonio de que las herramientas utilizadas para grabar, dibujar y pintar eran comparables a las de los artistas de épocas posteriores. Por ejemplo, los buriles de sílex proporcionaban una excelentísima precisión en el corte, y los pigmentos y masillas utilizados para las pinturas se adaptaban a los soportes elegidos.

A diferencia de la evolución tecnológica, el arte no sigue una progresión lineal, como se puede observar en el desarrollo del arte paleolítico durante unos 20 000 años.[130]​ No se ha producido un continuo perfeccionamiento, como demuestran las excelentes figurillas de los yacimientos auriñacienses y gravetienses, que preceden en mucho tiempo a las pinturas de Altamira.[104]​[131]​

Por tanto, la evolución del arte no sigue una trayectoria ascendente constante, como se puede ver en el caso de los clásicos griegos, cuyas esculturas en mármol, realizadas hace miles de años, aún sobrecogen por su perfección y belleza.

Iconografía y significadoeditar

Las representaciones rupestres de Altamira ofrecen una mirada fascinante al pasado, con imágenes cargadas de significado. Podrían ser interpretadas como religiosas, rituales de fertilidad, ceremonias para propiciar la caza, magia simpática, simbolismo sexual, totemismo e incluso batallas entre clanes, representadas por los animales de la zona como la cierva y el bisonte. Se ha descartado la teoría del arte por el arte [187], ya que gran parte de las pinturas se encuentran en sitios de difícil acceso en las cuevas, lo que hace improbable que fueran realizadas con fines de exhibición [171].

La siguiente tabla presenta algunas de las interpretaciones de importantes autores que han influenciado en los estudios del arte rupestre (fuente principal Pascua Turrión, 2006):

En cualquier caso, es difícil determinar con certeza qué llevó a los hombres paleolíticos a crear estas obras de arte. Sin embargo, se puede afirmar que la realización de las pinturas fue cuidadosamente planificada, lo que sugiere un proceso cognitivo de reflexión en cuanto a qué pintar, dónde y cómo distribuirlo [187]. Hay casi un consenso en que estas imágenes están relacionadas con la caza y la fertilidad [190], reforzando la idea de una organización social necesaria para llevar a cabo obras de tal envergadura.

Protección y difusióneditar

Descubrimiento y Protección de la Cueva de Altamira

Desde su hallazgo y reconocimiento, la Cueva de Altamira ha sido objeto de distintos niveles de protección, tanto a nivel nacional como internacional. Incluso, ha llegado a ser prohibida su visita debido a la gran difusión social que la convirtió en un destino turístico masivo.

En 1910, el Ayuntamiento de Santillana del Mar creó una Junta de Conservación y Defensa de la Cueva, estableciendo así las primeras medidas de protección. A partir de entonces, se han sucedido distintas fases:

  • En 1917 se abrió al público, aunque con guía.
  • En 1924 fue declarada Monumento Histórico Artístico.
  • En 1925 se creó una Junta para mejorar las condiciones de conservación.
  • En 1940 se puso en marcha el Patronato de la Cueva de Altamira.
  • En 1977 se cerró por primera vez después de un estudio de conservación.
  • En 1982 se reabrió de forma limitada, permitiendo la visita anual de 8500 personas.

Finalmente, en 1985 la Cueva de Altamira fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Posteriormente, en el año 2008, se extendió además la protección a otras 17 cuevas con vestigios humanos, siendo consideradas las mejor conservadas y representativas del arte rupestre paleolítico del norte de España.

Datación y periodizacióneditar

En términos generales, el arte de la región franco-cantábrica proviene del Paleolítico superior. No obstante, es importante distinguir entre el Paleolítico superior ibérico y el Paleolítico superior cantábrico, tal y como señala Fullola Pericot[60]​, citando a Barandiarán Maestu.[61]​

Existe una discrepancia en cuanto a la datación de las piezas arqueológicas encontradas y las pinturas descubiertas en la región. Tal como se puede observar a continuación, los distintos métodos y estudios arrojan resultados diferentes. Dentro de la literatura especializada, hay una variedad de fechas consideradas, lo que no solo se debe a los diversos valores, sino también a las distintas variables medidas, como por ejemplo las fechas de los períodos artísticos generales y locales, las fechas de ocupación de las cuevas, las fechas de realización de las pinturas según los diferentes métodos y la datación de piezas arqueológicas, entre otros factores.

Otra circunstancia que ha generado confusión es que muchos investigadores han asignado las pinturas a los períodos de ocupación identificados, ya que no se podía establecer una fecha absoluta hasta finales del siglo XX y, de manera más precisa, en el siglo XXI.[62]​ No obstante, al estudiar las pinturas rojas desde una perspectiva estilística, se han incluido en el Gravetiense, lo que retrasa la primera fecha de ocupación aproximadamente 4000 años.[4]​[63]​ En realidad, los estudios arqueológicos llevados a cabo en...

Artículos relacionados