Descubre cuál es el primer país de Europa historia y curiosidades
El continente europeo se localiza en su totalidad en la parte norte del planeta, principalmente en la zona oriental. Sus límites se ubican en la mitad occidental del hemisferio norte, abarcando desde el océano Ártico en su punto más al norte, hasta el mar Mediterráneo en el sur. Al oeste, su límite es el océano Atlántico, mientras que al este, limita con Asia separado por los montes Urales, el río Ural, el mar Caspio, la cordillera del Cáucaso, el mar Negro y los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos.[2] Europa forma parte de la unión de continentes llamada Euroasía, ubicada entre los paralelos 35°30′ y 70°30′ de latitud norte.[3]
La primera mitad de la Unión Europea naciones pioneras
Seis países se unieron para formar la Comunidad Europea del Carbón y del Acero en 1952: Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
La creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero se produjo en 1952 gracias a la colaboración de seis naciones: Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
En 1952, Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo se unieron para dar origen a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero.
Seis países soberanos se aliaron en 1952 para establecer la Comunidad Europea del Carbón y del Acero: Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
La formación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero tuvo lugar en 1952 por la unión de seis naciones: Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.
Geografía
Europa es el segundo continente más pequeño del mundo después de Oceanía, cubriendo un área de 10 530 751 km², lo que corresponde al 7% de las tierras emergidas.En la ciencia geográfica contemporánea, Europa y Oceanía han dejado de ser clasificadas como continentes y ahora son consideradas macro-unidades geográficas (MUG). De hecho, Europa es una extensión occidental del continente eurasiático. Destaca por su gran cantidad de costas marítimas y oceánicas, debido a la presencia de numerosas penínsulas, golfos, mares interiores e islas. Además, su clima y geografía humana también son influenciados por la corriente del Golfo y su proximidad a los desiertos cálidos de África.
Si se considera a Europa como un continente de manera tradicional, se destaca por ser el más llano, con una elevación media de solo 230 metros. La gran llanura del Norte, que se extiende 2000 km desde las costas atlánticas de Francia hasta los montes Urales en la frontera con Asia, es la mayor planicie de Europa. Los picos más altos son el monte Elbrus en Europa oriental (5642 m), el Shkhara en Georgia (5204 m) y el Mont Blanc en la frontera entre Francia e Italia en Europa occidental (4807 m).
Sin embargo, su importancia y complejidad van mucho más allá de estas características geográficas, y continúa siendo uno de los continentes más relevantes e influyentes del mundo.
Cultura
La cultura europea es un tema complejo debido a la gran diversidad de culturas que han coexistido durante miles de años en el continente. Además, es importante tener en cuenta los límites geográficos al definir esta cultura.
Desde tiempos antiguos, Europa ha sido cuna de importantes corrientes arquitectónicas que incluso se expandieron más allá de sus fronteras. Los griegos y romanos, por ejemplo, fundaron colonias en todo el Mediterráneo, llevando consigo su arte, escultura y literatura. A su vez, en la periferia de estas zonas surgieron movimientos artísticos originales que se fusionaron con las culturas celta e ibérica. Sin embargo, es importante destacar que el Mare Nostrum (Mar Mediterráneo) tuvo un papel fundamental en esta cultura, más que Europa en sí misma, ya que el arte grecorromano está ampliamente representado en África.
A pesar de esto, la civilización romana se extendió más allá de las costas mediterráneas tras la Guerra de las Galias, alcanzando incluso el Rin y los límites de Escocia. Sin embargo, las invasiones que ocurrieron al final del Imperio romano cambiaron la situación drásticamente: el arte grecorromano comenzó a declinar junto con las grandes ciudades, mientras que se difundió un arte de estilo germánico, más rústico y tosco, influido por la cultura celta. Aun así, debido a que el Imperio bizantino continuó existiendo en el Este, sus cánones arquitectónicos y el uso de mosaicos se mantuvieron en Italia, que siguió siendo receptiva a las influencias bizantinas hasta la toma de Constantinopla.
Alto feudalismoeditar
Después de la división entre Oriente y Occidente en la religión cristiana, la Iglesia católica occidental ganó influencia en los nuevos reinos de Europa Central, como Polonia, Hungría y Bohemia. Sin embargo, esta expansión también causó conflictos entre el papa y el emperador. En 1129, la Iglesia estableció la Inquisición para forzar a los europeos occidentales a unirse a sus filas. Aquellos que eran acusados de herejía eran castigados y se les daba la oportunidad de arrepentirse bajo la amenaza de la pena de muerte. Durante esta época, muchos nobles políticos dirigían la iglesia, mientras que los monjes de Cluny trabajaban para reformar...
El renacimiento de la civilización en Europa comenzó en el siglo XI con la reactivación del comercio en Italia, lo que llevó a un crecimiento económico y cultural en ciudades-estado independientes como Venecia y Florencia. Al mismo tiempo, los estados-nación empezaron a formarse en lugares como Francia, Inglaterra, España y Portugal. Sin embargo, este proceso duró varios siglos y estuvo marcado por continuas rivalidades entre la monarquía, la aristocracia y la iglesia. Estos nuevos estados-nación empezaron a escribir en sus propias lenguas, favoreciendo así la evolución y unificación de la literatura y la cultura europeas.
Los siglos XIII y XIV son conocidos como la era mongola debido al poderoso Imperio mongol, cuyos ejércitos conquistaron grandes territorios hacia el oeste bajo el liderazgo de Batu Kan. Entre sus victorias se incluyen la región occidental de Rusia (excepto Novgorod, que se mantuvo independiente) y las tierras de los cumanos, Hungría y Polonia. Según registros mongoles, Batu Kan planeaba expandir sus conquistas hacia Austria, Italia y Alemania en un ataque de invierno, pero su regreso a Mongolia tras la muerte del Gran Kan impidió que esto sucediera.
