el caparazón de las tortugas se regenera

en su caparazón Cuidado y curación de heridas en el caparazón de las tortugas

Es común hallar tortugas heridas en calles y terrenos privados, muchas veces a causa de impactos de vehículos, ataques de canes o aplastamientos. A pesar de parecer una situación irreparable, lo cierto es que el 85% de estos ejemplares sobreviven con alguna deformidad en su concha y, con asistencia médica adecuada, incluso pueden sanar de daños severos.

Afecciones en la caraza de la tortuga

Es importante tener en cuenta la presencia de manchas o lesiones en la capa externa de la queratina en las tortugas, ya que pueden indicar una infección. La mejor forma de tratar estas heridas es eliminando el tejido dañado y aplicando ungüentos con propiedades antibióticas, como la sulfadiazina o el yodo-povidona.

Si se trata de una tortuga acuática, es fundamental reducir su tiempo de exposición al agua, limitándolo a 30 o 60 minutos al día. De esta forma, se mantendrá la herida lo más seca y limpia posible para promover una mejor recuperación.

Las úlceras en el caparazón pueden permitir el ingreso de bacterias hacia los huesos, órganos y sangre, afectando gravemente la salud del animal. Por esta razón, es crucial tratarlas de manera inmediata para evitar que la infección se propague y ponga en peligro la vida de la tortuga.

Estas úlceras pueden presentar un aspecto necrótico y generar un olor desagradable. Al tocarlas, es común que el hueso subyacente esté blando, húmedo y sangrante. Las radiografías pueden revelar una extensa infección ósea u otros órganos, lo que requiere un tratamiento más agresivo por parte del veterinario en un intento por salvar al animal.

En estos casos, se realiza una limpieza profunda bajo sedación y se toman muestras para cultivo y determinar el antibiótico adecuado. Es importante no limpiar ni desinfectar la herida antes de llevar a la tortuga al veterinario, ya que esto puede alterar los resultados y dificultar el tratamiento adecuado.

Consecuencias de la rotura del caparazón en una tortuga

Finalmente, es importante vigilar de cerca a la tortuga durante el proceso de curación. Si se detecta cualquier signo de infección o malestar, es necesario acudir de inmediato a un veterinario. También se recomienda mantener a la tortuga en un ambiente cálido y protegido hasta que la herida se haya curado por completo.

Si una tortuga sufre una rotura en su caparazón, es vital tomar medidas rápidas para asegurar su bienestar y salud. El caparazón es esencial para la supervivencia de estas criaturas, ya que les brinda una protección natural contra posibles depredadores e impactos. Por ello, cualquier daño en su caparazón debe ser tratado adecuadamente y a tiempo.

En primer lugar, es necesario evaluar la gravedad de la herida. Si el caparazón presenta pequeñas grietas o fracturas, el tratamiento podría ser menos invasivo. Sin embargo, si la rotura es profunda y pone en riesgo la integridad del caparazón, es fundamental buscar ayuda de un veterinario especializado.

Otra medida importante es mantener la zona de la herida limpia y protegida. Limpiar suavemente el caparazón con agua tibia y un jabón suave puede prevenir posibles infecciones. También es recomendable aplicar un antiséptico leve en la herida para evitar la proliferación de bacterias u otros microorganismos nocivos.

Por último, es crucial vigilar de cerca a la tortuga durante el proceso de curación. Si se detecta cualquier signo de infección o malestar, se debe acudir de inmediato a un veterinario. Además, es recomendable mantener a la tortuga en un ambiente cálido y protegido hasta que la herida se haya curado por completo. De esta forma, se asegura una recuperación exitosa y se protege la salud del animal.

Heridas en el caparazón

Tratamiento de heridas en el caparazón de una tortuga:

No todas las lesiones en el caparazón de una tortuga son iguales, por lo que cada una debe ser tratada de una manera específica. Lo primero a tener en cuenta es el estado del animal: si está consciente, si respira y si sangra. Después, se procede a limpiar y desinfectar la herida para determinar su gravedad.


Es importante verificar la profundidad, los desgarros y la cantidad de caparazón dañado o hundido. En ocasiones, puede ser necesario realizar una radiografía para evaluar si hay afectación de órganos internos.


En el caso de úlceras superficiales, es decir, pequeñas lesiones en la queratina o decoloraciones, el tratamiento es sencillo. Se elimina el tejido dañado y se aplica un ungüento antibiótico para facilitar la recuperación.

Sanando las cicatrices del armazón

La limpieza y desinfección de la herida es esencial en los casos de mordeduras de perros, ya que aumenta el riesgo de infecciones. Además, se pueden administrar inyecciones de antibióticos como medida preventiva. Se retiran también posibles pedazos de concha que puedan haber quedado alojados en la herida. Después, se aproximan cuidadosamente los bordes de la herida para acelerar su cicatrización. Se utilizan distintos métodos, como cerclajes metálicos o resinas, para unir y aproximar las extremidades de la herida de manera rápida y eficaz. Asimismo, se suministra al animal un antibiótico durante una o dos semanas para prevenir cualquier complicación.

Es importante tener en cuenta las condiciones ambientales para una pronta recuperación. Se debe garantizar la comodidad del animal mientras se asegura una correcta cicatrización de la herida. En el caso de tortugas terrestres, esto no supone un problema, pero en el caso de tortugas acuáticas, se recomienda restringir su acceso al agua para evitar una excesiva humedad que pueda afectar a la resina y dificultar la sequedad y limpieza del caparazón.

La estructura del caparazón en una tortuga

La estructura superior de la armadura de la tortuga consta de cincuenta huesos que se originaron a partir de costillas, vértebras y placas dérmicas. La parte inferior o plastrón, proviene de clavículas, interclavículas y costillas. Todo el caparazón está cubierto por escudos protectores de queratina que se sobreponen en las uniones entre los huesos.

Conforme la tortuga crece, se van formando nuevos escudos. Se suele creer que contando las placas o líneas en el caparazón se puede determinar su edad, pero esto no siempre es cierto. En realidad, estos anillos indican períodos de crecimiento que pueden no coincidir con los años calendario. Por ejemplo, pueden aparecer múltiples anillos en un mismo año. Además, las tortugas en cautiverio suelen crecer de manera más regular, lo que puede dificultar la identificación de estos anillos.

Para una tortuga sana, su caparazón debe ser duro al tacto desde el primer año de vida, simétrico y no presentar bultos ni deformaciones evidentes. Por supuesto, esto no ocurre en las tortugas con caparazón blando.

Tortuga con caparazón roto

En el mes de mayo en Barcelona, te presentamos a Tortuga, un galápago de la especie Trachemys scripta de 8 años de edad. Este ejemplar, también conocido como galápago de florida o de orejas rojas, llegó al servicio de animales exóticos de la Clínica Veterinaria del Mar después de caer desde un cuarto piso y fracturarse su caparazón.

En primer lugar, se le realizó un examen físico general a la tortuga, en el cual se encontraron todos los resultados dentro de los parámetros normales, salvo por la presencia de sangre en su boca y la evidente fractura en su caparazón. En situaciones como la de Tortuga, es importante estabilizar al paciente en un principio para luego poder llevar a cabo un análisis más exhaustivo y determinar la gravedad de sus lesiones (tales como hemorragias internas o contusiones pulmonares).

Por eso, su equipo de profesionales la trasladaron rápidamente a una cámara de oxígeno y comenzaron un tratamiento de urgencia que consistió en suero, analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos. Todo ello con el fin de brindarle los cuidados necesarios para su pronta recuperación.

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