El rey Luis II de Baviera y su apasionante romance con la emperatriz Sissi
El monarca bávaro, Luis II, también conocido como Ludwig Otto Frederik Wilhelm, nació en el Palacio de Nymphenburg en Múnich, Baviera, el 25 de agosto de 1845. Su reinado se extendió desde 1864 hasta su trágico fallecimiento en el Lago de Starnberg en 1886. Antes de convertirse en rey, Luis era un príncipe de Baviera y miembro de la dinastía Wittelsbach. Además de sus sobrenombres de "Rey Loco" y "Rey Cisne", también fue llamado "der Märchenkönig" (el Rey de Cuento de Hadas). En su título real, se incluían los títulos históricos de conde palatino del Rin, duque de Franconia y duque de Suabia.
El monarca bávaro Luis II
1842, 12 de octubre: Maximiliano, primogénito del rey Luis I de Baviera, se casa con la princesa María de Prusia. 1845, 25 de agosto: Luis, el primer hijo de los príncipes herederos, nace en el Palacio de Nymphenburg en Múnich. 26 de agosto: En cumplimiento del deseo de su abuelo, el rey Luis I, (cuyo padrino fue Luis XVI de Francia), es bautizado con el nombre de Luis.1861, 2 de febrero: El príncipe heredero Luis asiste a la ópera Lohengrin de Richard Wagner en Múnich. 22 de diciembre: Por primera vez, el príncipe heredero Luis asiste a una representación de Tannhäuser.El monarca enloquecido Cómo se llamaba el rey de Baviera
Luis II de Baviera: el Rey LocoNacido en 1845, Luis II es recordado como el Rey Loco de Baviera. Se aisló en su propio mundo de fantasía, debido a su personalidad romántica y soñadora. Durante su reinado, se centró en la construcción de castillos extravagantes y su amor por la música de Richard Wagner.
Sin embargo, su comportamiento errático y la carga financiera insostenible que sus proyectos suponían para el país llevaron a su declaración como incapaz mentalmente, siendo depuesto en 1886. Aún hoy día, su extraña muerte sigue siendo un misterio.
Las luchas internas de un rey católico por sus sentimientos hacia hombres
Ludwig II, también llamado Luis II, dejó a los alemanes un legado histórico invaluable en forma de impresionantes castillos. Su pasión por el movimiento romántico lo hacía retraído y alejado de la realidad, prefiriendo la compañía de estatuas y representaciones de óperas en lugar de personas. Aunque se rumoreaba sobre su posible homosexualidad, su amistad con Paul Maximilian Lamoral de Thurn und Taxis terminó abruptamente, y buscó una nueva amistad en su prima, Isabel de Baviera, conocida como Sissi.
Luis II, o Ludwig II, dejó un legado magnífico a los alemanes a través de sus icónicas construcciones. Como un amante del romanticismo, encargó la construcción de preciosos castillos que sin duda son dignos de admirar. El más famoso de todos es el Neuschwanstein.
Su pasión por el romanticismo lo llevó a ser una persona distante de la realidad, introvertida y ajena a los asuntos de su país. Solía cenar en compañía de estatuas de monarcas anteriores, ya que prefería no comer con otras personas. Incluso representaba escenas de las óperas románticas de Richard Wagner junto a su fiel amigo Paul Maximilian Lamoral de Thurn und Taxis.
Juntos, cabalgaban y leían poesía en voz alta, lo que dio lugar a rumores sobre la posible homosexualidad de Ludwig II. Sin embargo, su amigo decidió alejarse y él encontró una nueva amistad en su prima Isabel de Baviera, también conocida como Sissi.
Legadoeditar
Volcó sus mayores energías en paraísos artificiales, dedicándose a diseñar y construir tres grandiosos castillos en el estilo historicista de la época: Neuschwanstein, Herrenchiemsee y Linderhof.
Seguía así la tradición de su familia, que había construido grandes avenidas en Múnich y castillos por toda Baviera. A pesar de utilizar su fortuna familiar en estas construcciones, Luis II no afectó las arcas del Estado, como erróneamente se cree. Para llevar a cabo su visión, contó con la ayuda del diseñador de edificios Christian Jank.
Además de sus proyectos arquitectónicos, fue el gran mecenas de Richard Wagner, a quien admiraba desde su juventud como príncipe heredero. Sin embargo, la reacción negativa del pueblo y del gobierno bávaro hacia el compositor (debido a sus opiniones políticas) sumieron al rey en la melancolía y causaron su distanciamiento de la corte y sus responsabilidades como gobernante. Por su parte, Wagner buscó otro mecenas para sus proyectos.
Dicen que Luis II era el rey más parecido a un personaje de cuento de hadas, ya que desde su infancia admiraba estas historias y se inspiró en ellas para crear sus palacios. Sus leyendas favoritas fueron las mismas en las que se basó su diseño.
Un dato curioso es que el rey acostumbraba a cenar rodeado de estatuas de reyes anteriores, ya que no disfrutaba la compañía de otras personas durante sus comidas.
Dónde se encuentra el palacio del monarca demente
El Castillo del Rey Loco, creado por el monarca Luis II, se ubica a unos 130 kilómetros de la ciudad de Múnich, en el estado de Baviera. Con su inigualable belleza y diseño, este castillo de cuento es un destino turístico imperdible para los viajeros de todo el mundo. Fue construido por el rey luego de pasar gran parte de su infancia en los pequeños castillos que se encuentran en la región.
Sus impresionantes torres y fantasiosas habitaciones son los elementos más llamativos del extravagante Castillo del Rey Loco. El monarca se inspiró en los castillos de su infancia en Baviera para dar vida a esta espectacular obra arquitectónica que atrae a innumerables turistas cada año.
Los turistas que visitan el castillo pueden disfrutar de una visita guiada por las habitaciones del rey, donde podrán admirar la decoración de estilo rococó y las espectaculares vistas desde las ventanas. Además, el castillo cuenta con un hermoso jardín que invita a dar un paseo y disfrutar de la belleza del lugar.
Los visitantes del Castillo del Rey Loco pueden deleitarse con un recorrido guiado a través de las habitaciones del rey, donde podrán maravillarse con la exquisita decoración de estilo rococó y las impresionantes vistas desde las ventanas. Además, el castillo cuenta con un hermoso jardín que invita a pasear y disfrutar de la belleza del lugar. Esta visita es una oportunidad única para sumergirse en el mundo de fantasía del Rey Loco y apreciar su amor por la belleza y el arte en cada detalle de su castillo.